En general, el concepto de recibir una herencia se asocia con beneficios materiales y abundancia, incluso con valores y derechos humanos. Sin embargo, también puede sugerir herencias dañinas, problemas económicos insolubles y complicados desafíos.
La Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, ofrecen una base muy eficaz sobre la cual pensar segura y correctamente sobre este tema. Lo primero que nos presentan es nuestra relación con Dios, el bien. Aprendemos que en el Espíritu “vivimos, y nos movemos, y somos;… porque linaje suyo somos” (Hechos 17:28). Por lo tanto, es a Dios mismo a quien debemos buscar, para descubrir qué recibimos de la Divinidad por ser Sus hijos. De hecho, nuestra verdadera herencia son ideas espirituales, que nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos, porque todos expresamos, en nuestra identidad real, a Dios y Su bondad espiritual, y esta herencia continuará manifestándose eternamente.
Cuando oramos para comprender nuestra abundante herencia de ideas espirituales, nuestra sinceridad y amor a Dios son sumamente importantes. No podemos pretender amar a Dios, cuando realmente solo lo buscamos para nuestro propio beneficio. Necesitamos tener el sincero y profundo anhelo de saber más acerca de Él, de adorarlo, de ser Su imagen y semejanza y glorificarlo.
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