Tal vez nos sintamos abrumados por una sensación de desesperación, tristeza y vulnerabilidad cada vez que reflexionamos más profundamente o nos mantenemos al tanto de las noticias de hoy.
Estoy en la universidad, y como estudio los conflictos económicos y sociales de América Latina, empecé a sentirme algo desesperada. En esta zona hay muchos ejemplos de cuán cruel puede parecer el mundo donde vivimos. Por ejemplo: corrupción en Brasil, crisis financiera en Argentina, conflictos armados en Venezuela, conflictos sociales en México y tremenda pobreza en Bolivia, por mencionar unos pocos.
Siempre me sentí frustrada al darme cuenta de lo pequeña que soy humanamente ante tantos problemas. Me ponía muy triste cada vez que pensaba en que la percepción humana de la economía presupone que los recursos son limitados y, por lo tanto, gran parte de la sociedad no tiene los recursos básicos, mientras que un pequeño grupo favorecido los tiene en exceso.
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