Cuando empecé a estudiar la Ciencia Cristiana, pensaba: “Bueno, yo la voy a pasar bien en este nivel humano inferior, total, cuando las cosas se compliquen y la situación se vuelva alarmante, puedo elevar mi consciencia espiritualmente, y desde allá arriba solucionar, suavizar o ajustar este nivel humano de aquí abajo”.
Sin embargo, esta forma de pensar no es Ciencia Cristiana. Lo que deja claro la Ciencia es que todo lo que está aquí, todo lo que realmente está sucediendo, es la realidad espiritual, y que la existencia no está dividida en “niveles”, uno allá arriba, y otro aquí abajo. Dios es Todo. Moisés lo escuchó como “YO SOY EL QUE SOY” (Éxodo 3:14). Todo excluye cualquier otra cosa, y no existe nada que sea el opuesto de Todo.
Mary Baker Eddy nos recuerda: “Es bueno saber, querido lector, que nuestra historia material y mortal, no es sino el registro de los sueños, no de la existencia real del hombre, y los sueños no tienen lugar en la Ciencia del ser” (Retrospección e Introspección, pág. 21). Por lo tanto, como el sueño, la experiencia humana es un asunto estrictamente mental.
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