¿Quién no desea conocer a Dios?
Todos en algún momento, ya sea por la espontaneidad de un deseo, por un instante de felicidad, por un desafío que enfrentamos, deseamos sentir la presencia de Dios y conocerlo. Muchos nos hemos tornado a Dios con todo el corazón, y sabemos que es posible comprenderlo mejor.
No obstante, es un conocimiento que no se obtiene de la noche a la mañana. De hecho, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar” (Juan 16:12). Aquel que busca comprender a Dios, va alcanzando poco a poco, un nivel de consciencia espiritual cada vez más profundo, más amplio, más desarrollado, más real y amoroso. Comprueba que Dios es el Amor siempre presente. El hombre tiene una relación muy estrecha con el Amor divino, pues siempre está en Dios y es uno con Dios por ser Su expresión espiritual.
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