Soy originalmente de Camerún, pero ahora vivo en Mauritania. Antes de llegar aquí, sufría de dolores en los dientes, y me sacaron dos.
No mucho después de llegar a Mauritania, hace ocho años, empecé a tener dolores de muelas nuevamente, y la condición empeoró. Algunos de mis amigos me aconsejaron tomar calmantes, y así lo hice. A veces me sentía bien, pero otras, me costaba mucho dormir después de tomar esa medicina. Fui a ver a un dentista, pero descubrí que el costo de la extracción era demasiado alto para mí. Además, estaba atemorizado, porque conocía gente que, después de que le sacaron una muela, de inmediato empezaron a sentir dolor en otro diente.
A pesar de ello, en esta situación, yo estaba tan preocupado por el dolor que sentía, que no tuve más alternativa que me sacaran el diente. Con todo, un año después de esta última extracción, estaba pasando otra vez por la agonía del dolor de muelas.
Fue entonces cuando alguien que yo conocía me hizo entender que con la oración es posible superar el temor y el dolor de muelas. Este amigo me aconsejó leer una revista sobre espiritualidad llamada El Heraldo de la Ciencia Cristiana, en francés. Me dio varios números, y de inmediato me impresionaron los numerosos testimonios de curación de diversas enfermedades. Dos de ellos en especial me llamaron mucho la atención. El primero fue publicado en El Heraldo de Septiembre de 2014, y se llamaba “Sana de fuerte dolor en el pecho”. El segundo estaba en El Heraldo de Noviembre de 2014, “Sana de persistente dolor de estómago”.
Así que fui a ver al amigo que me había dado las revistas y le pregunté sobre la Ciencia Cristiana. Él es miembro de un grupo informal de Científicos Cristianos, y me invitó a ir de vez en cuando para estar con ellos en la iglesia y aprender más sobre la Ciencia Cristiana. Sin dudar, fui a estar con ellos en cada oportunidad. Y de ese modo empecé a disfrutar mucho de leer con persistencia y esforzarme por comprender la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, usando las Lecciones Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana en francés.
A través de este estudio, comprendí que Dios me ama, y que mi identidad real es “el templo del Espíritu Santo”, como leemos en las Sagradas Escrituras (véase 1º Corintios 6:19). También comprendí que “la Ciencia Cristiana extermina el medicamento, y se apoya en la Mente sola como Principio curativo, reconociendo que la Mente divina tiene todo el poder” (Ciencia y Salud, pág. 157).
Ya hace un año que no tengo dolor de muelas, y siento como si nunca hubiera sufrido de los dientes. Confío en que, al leer mi testimonio, otras personas creerán que es realmente posible sanar sin medicina y exclusivamente con la oración, como enseña la Ciencia Cristiana, y sabiendo que Cristo Jesús es nuestro solo y único Salvador.
Estoy muy agradecido a la Ciencia Cristiana, la cual me ha transformado por completo. Y esto es solo el comienzo.
Cyril Menou, Nouakchott
