Cuando comencé el estudio de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy, estaba viviendo cambios personales y también laborales, pues había perdido el empleo.
Comencé a orar y le pedí ayuda a un practicista de la Ciencia Cristiana. Me reuní con él y me comentó que los hijos de Dios ya tienen todo lo que necesitan; que en la creación de Dios nunca falta la provisión divina. Me dijo que era importante orar y obtener la tranquilidad y seguridad de que la provisión que yo necesitaba ya estaba presente, y que se manifestaría. Y llegó muy pronto. Al poco tiempo, vi en el diario un anuncio de un trabajo de docente, que es mi profesión, así que me presenté y me contrataron. Yo estaba muy contenta y agradecida.
Empecé a trabajar un lunes, pero el miércoles por la mañana cuando desperté, empecé a pensar en mi nuevo empleo y me invadió un miedo tremendo, que continuó por un par de días. Tenía un miedo que no me dejaba dormir, trabajar, comer, no me dejaba hacer absolutamente nada.