Estoy agradecida por las ideas que, cada día, son una fuente de bendiciones, fortaleza y apoyo al enfrentar los desafíos. Este alimento espiritual es para mí, tan esencial como las comidas que ingiero todos los días.
El año pasado, empecé el año cantando unas líneas del himno 249:
Las quejas son pobreza,
riqueza es gratitud;
benditas son las pruebas,
exigen fortitud.
(Vivian Burnett, Himnario de la Ciencia Cristiana, traducción © CSBD)
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