Estimada familia de Iglesia:
Esperamos con suma alegría reunirnos con ustedes en la Asamblea Anual el 6 de junio, dondequiera que se encuentren, ya sea por Internet o aquí en Boston. Valoramos mucho esta oportunidad tan sagrada y gozosa de compartir con miembros de todo el mundo, y que nos cuenten cómo este conocimiento científico de Dios está bendiciendo a la humanidad de manera tangible. Es un momento para inspirarnos y fortalecernos unos a otros al cumplir la visión que tenía Mary Baker Eddy de que su iglesia “está destinada a ser edificada sobre la Roca, el Cristo; o sea la comprensión y demostración de la Verdad, la Vida y el Amor divinos, sanando y salvando al mundo del pecado y de la muerte; para así reflejar, en cierto grado, la Iglesia Universal y Triunfante” (Manual de la Iglesia, pág. 19).
¡Sanando y salvando al mundo! Esa es una gran expectativa. Nos regocijamos con los ejemplos del progreso alcanzado respecto a la justicia y la paz alrededor del mundo, prueba alentadora del creciente entendimiento de un Dios universal que es Verdad y Amor. No obstante, queda mucho por hacer para demostrar la realidad de la totalidad de Dios que sana y salva individuos, naciones y toda la Tierra.
A medida que nos esforzamos por cumplir con la función tan única y esencial que tiene la iglesia para satisfacer esta necesidad urgente, estas preguntas pueden instarnos a reflexionar:
¿Qué piensa el mundo que me rodea acerca de la iglesia?
¿Qué esperaba Mary Baker Eddy de la iglesia? ¿Cómo debería ser o qué debería hacer?
¿Qué espero yo de la iglesia? ¿Cómo debe ser o qué debe hacer?
A pesar de las opiniones limitadas y restrictivas acerca de la iglesia y su pertinencia contemporánea, hay un anhelo universal de vivir la profunda experiencia del poder sanador de Dios. Y estas preguntas nos instan a responder a la demanda de tener una iglesia que sea activa, llena de amor abnegado y que participe activamente en la curación cristiana auténtica, por la humanidad. El entendimiento de Dios y el hombre que uno encuentra en la Ciencia Cristiana, por más radical y nuevo que sea, cambia la vida. Este entendimiento dio origen a la Iglesia de Cristo, Científico, y continúa haciéndola crecer, a medida que cada uno de nosotros cumple su función esencial de promover su misión sanadora.
En la Asamblea Anual, los miembros de la Iglesia contarán cómo están profundizando y expandiendo su práctica sanadora: por medio del estudio diario de la Biblia, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, las Lecciones Bíblicas de la Ciencia Cristiana semanales, y con la compasión, la esperanza y el trabajo por el mundo que el Christian Science Monitor y nuestras otras publicaciones periódicas inspiran.
A medida que sintamos más de la estabilidad, la confianza y el amor inclusivo que la estructura de la Verdad y el Amor traen a nuestras vidas, gente de todo el mundo que está buscando un mejor hogar reconocerá, deseará y hallará el preciado conocimiento del Dios que es todo amor, y que la Iglesia nos ofrece a todos.
¡Será una alegría darles la bienvenida a tantos de ustedes como sea posible, en la Asamblea Anual 2016!
Con mucho afecto y gratitud por todo aquel que ha mencionado el nombre de Cristo,
LA JUNTA DIRECTIVA DE LA CIENCIA CRISTIANA
Robin Hoagland, Allison W. Phinney, Scott Preller, Margaret Rogers, Lyle Young