Entre muchas otras enseñanzas, Cristo Jesús nos enseñó que debemos cambiar nuestra manera de pensar y actuar, respecto a nuestros hermanos y hermanas, a fin de ser verdaderamente seguidores de Cristo. Jesús dice: “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? …saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 7:3-5).
Con mucha frecuencia somos tentados a mirar, criticar y juzgar lo que hacen los demás. El orgullo, en ocasiones nos impulsa a justificarnos, y parece prevalecer sobre la humildad que se necesita para reconocer nuestras propias faltas.
Ahora, imaginemos lo que sería el mundo si todos tratáramos de cambiar nuestra manera de pensar para bien; si nos esforzáramos por expresar al Cristo, la idea perfecta de Dios, en nuestro diario vivir; si expresáramos más a menudo la bondad, compasión, sabiduría, inteligencia, inocencia y pureza que nos pertenece como imagen de Dios. Entonces disminuirían los conflictos, porque todos seríamos cada vez más una transparencia pura y clara de la Verdad, y amaríamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!