Mi amigo John había recibido un regalo muy especial: ¡un gatito! Tenía un pelaje blanco como la nieve con la cara, las orejas, las patas y la cola grises. John lo llamó Julius. Eran buenos compañeros. Pronto, Julius pasó de ser un gatito a un hermoso gato.
Un día, John se enteró de que Julius ya no podía vivir con él. El dueño de su apartamento dijo: “¡No se permiten mascotas!”.
John estaba triste. Pero sabía que era correcto seguir las reglas, así que comenzó a buscar un nuevo hogar para Julius.
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