Nuestro joven autor comprendió que los pensamientos que decían que estaba herido no eran verdad, porque Dios es bueno y nos da sólo pensamientos buenos. Él aprendió que la Ciencia Cristiana puede ayudarnos eficazmente cuando surge algún problema.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!