Nuestro Padre Celestial, que tu nombre sea honrado;
Que venga tu reino, y que se haga tu voluntad
en la tierra como en el Cielo.
Danos cada día el pan que necesitamos para el día,
Perdónanos lo que te debemos,
como también nosotros hemos perdonado a aquellos que nos deben algo.
Mantennos alejados de la tentación y sálvanos del mal.
—Mateo 6:9-13, según versión de J.B. Phillips
Un gran grupo de personas se había reunido en una de las casas de una pequeña ciudad portuaria. Se había corrido la voz de que un hombre, que realmente había llegado a los corazones de la gente con su mensaje, daba una charla. ¿De qué hablaba que causó tanto revuelo? De arrepentimiento, renacimiento y perdón. No solo eso, también estaba sanando a la gente.
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