¡Qué hermosas ideas se encuentran en el Evangelio de Mateo, donde Cristo Jesús dice, “¡Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder!” (5:14). Podemos ser la luz del mundo, una bendición para nuestras comunidades, al orar y dejarnos guiar por Dios. En 2023 tuve la oportunidad de demostrarlo.
Tuve que orar concienzudamente con el apoyo de un practicista de la Ciencia Cristiana, ya que los desafíos se presentaban uno tras otro en mi lugar de trabajo. Soy la directora de una escuela primaria en Buenos Aires, Argentina. Hubo un desacuerdo entre algunas de las madres de los estudiantes de escuela primaria y las madres de los estudiantes de la escuela secundaria, porque se descubrió que algunas madres vendían drogas fuera de las instalaciones de la escuela primaria. Esto llevó a la formación de dos grupos opuestos, que comenzaron a tratarse como enemigos.
Las autoridades municipales intervinieron y el desacuerdo entre las familias y las autoridades se volvió grave. La comunidad escolar criticaba a las autoridades por no brindar el apoyo adecuado. Había reuniones acaloradas y todo era caótico. Se suspendieron las clases y se realizaron marchas de maestros y asistentes. Oré para mantener en mi pensamiento la presencia constante, inmutable y natural de Dios, que puede revertir situaciones discordantes y dirigir el pensamiento en la dirección correcta.