El año pasado, una de mis amigas, una estudiante de intercambio del Líbano, y yo habíamos estado hablando sobre el conflicto actual en Gaza. No había pensado demasiado en ello porque hay muchos debates sobre qué lado apoyar, y no sentía que sabía lo suficiente sobre el tema como para hablar de ello.
Quiero tener un impacto positivo en el mundo y ayudar a apoyar la paz, pero no sabía qué podía hacer en el caso de este conflicto, especialmente porque estoy muy lejos. Sabía que podía orar por estas personas, pero ¿cómo podría saber si mis oraciones estaban marcando una diferencia?
Más adelante en el año, me invitaron a una fiesta en la casa de mi amiga. La fiesta incluyó estudiantes de intercambio, y estaba contenta de conocerlos y aprender sobre sus países y culturas. Mientras estaba allí, noté a una chica que mi amiga me dijo más tarde que era de Gaza. Sentí una ola de emoción al pensar en el conflicto y en esta chica.
Me enteré de que su familia se había quedado en Gaza mientras ella viajaba a los Estados Unidos y que no había podido comunicarse con ellos muy a menudo. Yo quería ayudar y, como Científica Cristiana, sé que la forma en que pensamos sobre las cosas realmente hace una diferencia. La oración es una forma de comprender mejor a Dios y Su creación, lo que a su vez puede cambiar nuestra perspectiva y traer curación para nosotros y para los demás.
Reconocí que el miedo que había estado sintiendo no ayudaba a la situación. Así que me volví a Dios y oré. Pensé en cómo Dios, que es el Amor, nos creó a todos, lo que significa que todos expresamos y podemos sentir Su amor. Otro nombre para Dios es Principio, lo que significa que el Amor no está simplemente en todas partes, sino que, por ser el Principio, también gobierna a todos y a todo. Dios como Principio y Amor es el único poder, absolutamente en todas partes. Reconocer esto puede ayudarnos a verlo realmente.
También pensé en el concepto de hogar, que incluye cualidades como la seguridad y el consuelo, que provienen de Dios. El hogar no es solo una estructura física. El hogar es un regalo de Dios que todos tenemos, y saber esto puede ayudarnos a encontrar refugio y sentirnos seguros.
A medida que avanzaba la semana, me concentré en afirmar estas verdades sobre los involucrados en el conflicto. Me costó mucho cuando escuché a amigos y familiares hablar sobre las noticias de Gaza, y sentí que el miedo volvía a aparecer. No obstante, hice todo lo posible para saber que todos pueden confiar en Dios, y oré para que todos fueran consolados y se sintieran seguros dondequiera que estuvieran, y para que todos encontraran paz.
A veces, cuando sucede algo malo, podemos tener ganas de rogarle a Dios que termine. Pero, como asisto a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, sé que, puesto que Dios creó todo bueno, nunca creó nada que pudiera dañar a Sus amados hijos. Traté de orar desde esta base y entender esto más claramente. Pronto, ya no sentí temor y supe que mis oraciones ayudarían a otros a sentir lo mismo.
Una semana después, ¡mi amiga me contó que a la familia de esta chica le habían dado la oportunidad de salir de Gaza! Pareció como un milagro porque es muy difícil para la gente irse. Pero yo sabía que Dios estaba guiándolos en el camino, como lo hace con todos. Su familia está actualmente libre y segura.
Cuando volví a casa ese día, agradecí a Dios por ser nuestro Padre-Madre, que nos protege, consuela y cuida de todos nosotros. Estoy agradecida de haber aprendido que puedo orar por los problemas del mundo, y ahora sé que mis oraciones están marcando la diferencia.