El verano pasado, mi padre y yo fuimos de excursión a los Alpes. Fue un viaje intenso de dos semanas sobre un terreno difícil.
Un día, mientras bajábamos una montaña empinada, me torcí la rodilla gravemente. Al principio, no sentí gran cosa, pero a medida que avanzaba el día, sentí un dolor agudo. Tuve miedo. Me preocupaba que esto terminara nuestro viaje prematuramente y me impidiera practicar los deportes que disfruto.
Sabía que estos temores no me estaban ayudando, así que recurrí a algo que sí lo haría: la Lección Bíblica semanal que se encuentra en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. La tenía en mi teléfono y me encanta resaltar mis partes favoritas. Me resultó muy útil, ya que estaba buscando inspiración espiritual.