
Para jóvenes
Pude disfrutar de todas las experiencias del campamento, sabiendo que Dios es supremo y es la fuente de toda la energía y fuerza que pueda necesitar.
También llegué a darme cuenta de que puesto que Dios no viene con cargas emocionales ni tiene malas cualidades, mi identidad como Su creación no es una mezcla de bien y de mal.
Mi equipo y yo hemos progresado en el baloncesto a lo largo de los años, lo que nos ha llevado a expresar más conscientemente cualidades espirituales.
Descubrí que no necesitaba “10 pasos sencillos” para ser feliz, sino que cada respuesta que necesito siempre se encuentra en la Biblia y en Ciencia y Salud.
De repente tuve la idea de que Dios no necesitaba que yo Lo defendiera. ¡Él es Dios, por el amor del cielo!
Cuando regresé a la escuela, recordé que los ángeles de Dios me protegían y que podía dejar que ellos me guiaran.
Parecía que estábamos en el corazón de la tormenta y no había ningún lugar al que pudiéramos ir.
Me inspiré en la idea de que Dios no nos hace temerosos, así que ¿cómo podía estar asustada o nerviosa?
Pensé que decepcionaría a los que me rodeaban si mi vida no resultaba como la había planeado.
Me reconfortó saber que Dios me mostraría a dónde tenía que ir y me proveería lo necesario sin importar el camino que tomara.