Mi nombre es Mora Méndez. Vivo en Merlo, Argentina, y voy a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. He aprendido que el Padre Nuestro es muy útil cuando necesito orar con urgencia. (Puedes encontrar el Padre Nuestro en la Biblia, en Mateo 6.) Una noche, mi hermano y yo estábamos andando en bici. Y mi hermano iba muy rápido y yo iba tras de él. No vi un escalón en la acera, porque era de noche, así que se me dobló el manubrio de la bici y me caí. Me dolía muchísimo y fui con mis papás a decirles lo que había sucedido. Y después les mostré que tenía una marca en mis costillas por culpa de la caída. Mi mamá estaba muy preocupada y me llevó al hospital. Ahí me hicieron unos rayos-X y la doctora dijo que me había fisurado las costillas. Más tarde, me fui a la casa de mi abuela y oramos juntas. Estaba segura de que la oración me ayudaría, porque yo ya sabía que Dios siempre está conmigo y me cuida. Orar me hace sentir bien. Al rato se me había pasado el dolor. A la mañana siguiente, cuando fui a la Escuela Dominical, mi maestra me preguntó cómo había orado. Le conté que había orado con El Padre Nuestro, lo que me había ayudado y sanado. Poco después, volví a andar en bicicleta. Tuve que orar un poquito más para vencer el miedo, ¡pero lo vencí!

Para niños
"La oración del Padre Nuestro me ayudó"
Del número de agosto de 2025 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Apareció primero el 21 de julio de 2025 como original para la Web.
Original en español