Mi nombre es Máximo, tengo 5 años y asisto a la Escuela Dominical aquí en Argentina. Todos los domingos aprendo que Dios nos abraza en Su amor. También aprendo historias de la Biblia de cómo Dios nos cuida y protege a todos.
Una de mis historias favoritas es la de David y Goliat. David era un joven pastor que escuchaba y obedecía a Dios.
Goliat era un filisteo gigante que desafiaba a cualquier persona del pueblo de Israel a pelear contra él. Goliat era más grande y más alto que todos los demás y era feroz. Llevaba una pesada armadura, una espada, una lanza y un gran escudo, y nadie se atrevía a pelear con él.
Un día, David escuchó el desafío de Goliat y decidió enfrentarlo porque sabía que Dios estaba con él. Entonces tomó algunas piedras y fue a enfrentar a Goliat y no le tenía miedo. Le lanzó una de las piedras y le pegó a Goliat en la frente, cosa que hizo que Goliat cayera derrotado.
Esta historia me ayudó una noche cuando desperté con dolor en el oído. Mi mamá estaba conmigo y juntos dijimos el Padre Nuestro (véase Mateo 6). Entonces, me recordó a David y a Goliat. Me dijo que el dolor de oídos es como Goliat. Me dijo que podía pensar en las piedras que David llevaba en la historia como verdades espirituales que pueden ayudarnos cuando tenemos un problema. Las verdades espirituales son ideas acerca de Dios como las que había aprendido en la Escuela Dominical, o buenos pensamientos de Dios que escuchamos al orar.
La “piedra”, o Verdad, con la que mi mamá y yo oramos era: Puesto que soy la expresión perfecta de Dios, este dolor es una mentira. Me sentí en calma.
Luego mi mamá me abrazó y me quedé dormido. Cuando desperté a la mañana siguiente, el dolor había desaparecido.
Me siento feliz de aprender las historias de la Biblia y sentir que Dios me abraza siempre a mí y a todos en Su amor.
