
Para niños
En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, he aprendido que el amor de Dios está en todas partes y que siempre estoy en Sus brazos amorosos.
Me quedé tendido en una nube de polvo. Pero no tenía miedo, porque he aprendido a confiar en Dios y a no dudar nunca de Él.
Había aprendido en la Ciencia Cristiana que Dios es el Padre-Madre amoroso de todos nosotros. Y puesto que Dios es infinito, está en todas partes.
Miranda le dio gracias a Dios. Estaba agradecida de saber más acerca de cuánto ama Dios a Su creación.
También sé que estoy rodeada por el amor de Dios y que Él me creó perfecta. No hay lugar para la enfermedad, puesto que yo soy perfecta y me aman perfectamente.
Oré para que el perro estuviera a salvo y que nada pudiera lastimarme porque yo era una hija de Dios.
Cuando pidió ayuda, Teddy estaba escuchando a Dios. Fue obediente y siguió la indicación de Dios.
Sentí tanto el amor de Dios que supe que todo estaba bien y dejé de llorar.
Cada uno de nosotros, y cada animal también, es bueno en gran manera, como dice en Génesis 1.
Los himnos siempre me ayudaron cuando he orado antes, así que mientras nadaba, canté un himno que conozco del Himnario de la Ciencia Cristiana.