Para niños
Tengo un perro llamado Pintado. Él solía vivir en la calle y estaba muy flaco y descuidado.
Cuando estaba en tercer grado, mi mejor amiga, a quien conocía desde preescolar, llegó para estar en mi clase. Estábamos muy contentas.
Esto fue lo que ocurrió en marzo del año pasado. En dos ocasiones durante la semana, tuve molestias en el estómago.
Esta Navidad comparte el espíritu juvenil del Cristo con dos colecciones en línea de artículos para jóvenes y niños, publicados este año en El Heraldo. Estas colecciones vienen con su propia portada e índice, y son nuestro regalo para ti.
Mi mamá y yo fuimos a la fiesta de cumpleaños de mi primito. Yo estaba jugando, corriendo y saltando cuando me caí y me lastimé la rodilla, y me dolía mucho.
El año pasado, justo después de las vacaciones de Navidad, en mi escuela me nombraron líder de mi clase por mis calificaciones y comportamiento, aunque soy el alumno más joven. Tengo que confesar que al principio tuve serios problemas.
En una ocasión, mi papá, mi hermano y yo queríamos volar a los Estados Unidos para ir a un campamento de verano de la Ciencia Cristiana. El día que debíamos viajar de Frankfurt a los Estados Unidos, yo no me sentía muy bien.
¡Hola! Quiero contarles una curación que tuve con la oración hace dos años. Un día, estaba en la escuela y empecé a tener mucha fiebre.
La Sra. Green suspiró.