Para niños
Un domingo, cuando iba para la iglesia empezó a doler el estómago de Allie. Ella oró con su mamá y después, cuando salieron de la iglesia, Allie ¡estaba totalmente bien!
Orar con su mamá ayudó a esta joven autora a comprender que ella está siempre a salvo en Dios y que nada malo puede tocarla o hacerle daño. Como resultado pudo sanar muy rápido de dolores de cabeza y panza.
Obedecer la regla de oro nos hace más equitativos, más abiertos, más justos. Y lo mejor de todo es que nos ayuda a ser más amorosos y atentos con los demás.
Puesto que Dios es el Amor todopoderoso, nuestra autora sabía que podía confiar en que Dios cuidaría de su gatita, Emmie.
Nuestro joven autor comprendió que los pensamientos que decían que estaba herido no eran verdad, porque Dios es bueno y nos da sólo pensamientos buenos. Él aprendió que la Ciencia Cristiana puede ayudarnos eficazmente cuando surge algún problema.
Nuestro joven autor supera su temor a los bichos al comprender que nunca tenemos que estar atemorizados o creer que puede haber un poder aparte de Dios.
Aprender a amar como Jesús lo hacía realmente sana. Hace que todo el mundo sea un poco más brillante. ¡Hace que cada día sea un día de Navidad!
Tal vez, los regalos no tienen que costar dinero. Tal vez, los mejores regalos sean los regalos de amor, como son los regalos de Dios.
Con la ayuda de una practicista de la Ciencia Cristiana, nuestra autora oró y unas verrugas que habían crecido en su mano desaparecieron.
Hace varios meses atrás, cuando tenía ocho años, mi maravillosa mamá me animó a leer Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Conocía este libro porque iba a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, pero nunca lo había leído hasta el final.