Para niños
Entrevistas con Gérard Mutombo-Bibah para Radio Kinshasa, como parte del programa “La curación espiritual hoy”, que se transmite en varios países de habla francesa en África. Estas tres jovencitas asisten a la Escuela Dominical de Primera Iglesia de Cristo, Científico, Lomé, en Togo.
Conoces la historia de la Navidad, ¿no es así? Fueron los pastores quienes anunciaron estas palabras después que el ángel de Dios se les apareció junto con una multitud de huestes celestiales, anunciándoles acerca del nacimiento del tan esperado Salvador. Los ángeles también le dijeron a los pastores que ellos encontrarían al bebé en un pesebre.
El verano pasado, estaba en el campamento cuando tuve una curación realmente importante. Mi amiga Rachel y yo fuimos a nadar en una piscina que tenía unos 3 o 4 metros de profundidad.
Durante varias semanas, habíamos planeado pasar dos días de nuestras vacaciones en el Futuroscope, un parque de diversiones situado a unos 450 km de mi ciudad natal en el sur de Francia. Mi hermano, mi hermana y yo estábamos de lo más entusiasmados.
Todos están durmiendo, y es una noche de paz. Realmente, es ¡una noche de amor! Los pastores están cuidando de sus rebaños.
Santiago había resuelto muchos problemas por medio de la Ciencia Cristiana. Sabía que confiar en Dios, su Padre-Madre, y comprender que él mismo es hijo de Dios, podía resolver cualquier cosa.
Estoy en sexto grado. En julio, durante las vacaciones de la escuela, me gusta ir a un campamento de la Ciencia Cristiana en los Estados Unidos, porque aprendo muchas cosas nuevas, y aprendo a expresar valor, confianza, libertad, bondad, y otras cualidades que vienen de Dios.
Un día en la escuela, tuve varios exámenes, y me empezó a doler la cabeza. Se lo conté a mi maestro, y me dijo que debía irme a casa.
Una vez, estuve con dolor de oído todo el día, y quería sanar. No se lo dije a nadie porque pensé que podía orar por mí misma, como había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.
Un día, cuando tenía seis años, fui a andar en trineo con mi hermano mayor, Noah. Me senté en el trineo, y Noah comenzó a arrastrarme a lo largo de la acera.