
Relatos de curación
Hace ya muchos años de esto me hallaba en un estado lamentable de salud debido a fuertes ataques de asma y de constipación crónica. Los médicos me habían prescrito que guardara cama por tres semanas y esto me tenía muy deprimida y apenada.
La siguiente experiencia es relatada con profunda gratitud hacia la Christian Science y con un sincero deseo de que sea de ayuda para aquel que busca la curación. La Christian Science vino a mi conocimiento casi un año antes del nacimiento de nuestro primer niño.
La Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
La bendición que he recibido a través de la Christian Science es tan grande que me es difícil describirla. Ha hecho que mi vida valga la pena vivirla.
Ofrezco este testimonio para expresar mi gratitud a Dios por las múltiples bendiciones y curaciones que he experimentado a través del estudio de la Christian Science. Mi primera curación se llevó a cabo hace más de cuarenta años, cuando me hallaba internado en un sanatorio sufriendo de hidropesía y de inflamación a los riñones.
Me interesé por la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
Cuando por primera vez oí acerca de la Christian Science, el médico recién me había enterado que yo estaba sufriendo de tuberculosis. Además, nuestra pequeña hijita debía pasar todo el tiempo en una silla de ruedas, y a causa de su condición y para que ella pudiera gozar del aire de mar, vivíamos a gran distancia del trabajo de mi esposo.
Han pasado más o menos seis años desde que volví de Corea adonde serví en el frente durante trece meses. No puedo dejar pasar más tiempo sin expresar por escrito mi más humilde y sincera gratitud por la contínua guía y protección que experimenté mediante mi estudio de las verdades de la Christian Science.
Allá por el año 1939 me hallaba sufriendo de toxemia, de inflamación a los riñones y de uremia. Como vivía sola y no tenía quien me cuidase me sometieron a atención médica.
Hace más de treinta años me vi afligido de una seria inflamación a los párpados que no cedía ni ante el cuidado de algunos de los mejores especialistas de este país. Mientras me hallaba como paciente en un hospital militar hice amistad con un joven oficial del ejército, quien estaba bajo tratamiento a causa de una infección a los huesos de la cara y por una afección de sinusitis.