
Relatos de curación
Cuando joven decidí que mi carrera se desarrollaría en el mundo de la música, de modo que durante años estudié el piano y el órgano. En una época fuí organista de una Iglesia Científica de Cristo.
El poder sanador de la Ciencia Cristiana [ Christian Science Pronunciado Crischan Sáiens. ] se ha demostrado ampliamente en mis asuntos personales en los doce años que he sido estudiante de esta religión.
Hace algún tiempo se me había desarrollado una infección en la pierna izquierda. Durante las semanas que siguieron la dificultad fue empeorando, hasta el punto que no pude manejar más mi auto.
Ofrezco este testimonio con el objeto de rendir sincero y humilde homenaje a Cristo Jesús, a la Ciencia Cristiana [ Christian Science Pronunciado Crischan Sáiens. ] y a su Descubridora y Fundadora, Mary Baker Eddy.
Estoy profundamente agradecida a mi madre por haber dado a sus hijos el ejemplo de cómo vivir las verdades de la Ciencia Cristiana [ Christian Science ] y habernos enseñado a estudiarlas y cómo aplicarlas. A diario nos decía: “Busquen la guía divina” y “Hagan el trabajo mental con devoción.
Me agradaría relatar la primera curación que experimenté porque me probó la eficacia de la Ciencia Cristiana [ Christian Science ]. Cuando vivía en el estado de Nebrasca sufría de fiebre de heno.
Desearía relatar acerca de una curación que contribuyó a que comprendiera mejor la Ciencia Cristiana [ Christian Science ]. Mi esposo, yo y nuestros dos hijitos y otra familia que no era Científica Cristiana hicimos en cierta ocasión un paseo al bosque.
Durante la primera guerra mundial tuve la infortunada experiencia de ser víctima de las bombas de gas del enemigo. Como resultado de esto sufría continuamente de dificultades digestivas.
Mediante este testimonio, deseo expresar mi profunda gratitud a Dios por Su bondad y Sus bendiciones. Hace algunos años me encontraba muy enfermo.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz a mi camino. ” (Salmo 119:105).