Deseo expresar mi más profundo agradecimiento por haber conocido la Ciencia Cristiana, lo cual para mí se ha manifestado en una ininterrumpida protección y guía en todas mis actividades.
Antes de comenzar el estudio diario de la Lección-Sermón indicada en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, me encontraba dedicado a una tarea en mi oficina que requería el trabajo continuo con números y cálculos matemáticos. En estas circunstancias empecé a sentir un cansancio y dolor a la vista, el cual al agravarse más y más me llevó a consultar a un oculista, quien luego de un detenido examen me recetó el uso de lentes para leer.
Meses más tarde y cuando ya había empezado el estudio de las lecciones diarias de la Ciencia Cristiana, el dolor a la vista empezó de nuevo y fue aumentando más y más por lo cual visité nuevamente al oculista. Luego de recetarme lentes de mayor aumento me manifestó que por la condición actual de mis ojos debía sentir dolores de cabeza y otras molestias, aunque por mi parte no había sentido ni una ni otra de estas anomalías.
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