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[Original en español]

Deseo expresar mi más profundo...

Del número de julio de 1966 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Deseo expresar mi más profundo agradecimiento por haber conocido la Ciencia Cristiana, lo cual para mí se ha manifestado en una ininterrumpida protección y guía en todas mis actividades.

Antes de comenzar el estudio diario de la Lección-Sermón indicada en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, me encontraba dedicado a una tarea en mi oficina que requería el trabajo continuo con números y cálculos matemáticos. En estas circunstancias empecé a sentir un cansancio y dolor a la vista, el cual al agravarse más y más me llevó a consultar a un oculista, quien luego de un detenido examen me recetó el uso de lentes para leer.

Meses más tarde y cuando ya había empezado el estudio de las lecciones diarias de la Ciencia Cristiana, el dolor a la vista empezó de nuevo y fue aumentando más y más por lo cual visité nuevamente al oculista. Luego de recetarme lentes de mayor aumento me manifestó que por la condición actual de mis ojos debía sentir dolores de cabeza y otras molestias, aunque por mi parte no había sentido ni una ni otra de estas anomalías.

Fue en esa época que una noche encontrándome de viaje en tren, me dispuse a leer un artículo en El Heraldo de la Ciencia Cristiana en español que precisamente se refería a la vista y hacía mención a la definición de “ojos” que Mrs. Eddy hace en el libro de texto (pág. 586) donde dice: “Ojos. Percepción espiritual, — no material, sino mental.”

Al terminar de leer el artículo me quité los anteojos y a pesar de que en el vagón en que viajaba la luz era muy escasa, pude seguir leyendo claramente y desde esa noche no los he vuelto a usar ni he sufrido de cansancio a la vista.

Fue una curación instantánea que ocurrió en una época en que sólo me animaba la fe por las muchas pruebas de la eficacia de la Ciencia Cristiana de las cuales había sido testigo. Pero hoy esa fe está basada en el entendimiento que obtenemos del estudio diario de la Biblia y del libro de texto, así como de los otros escritos de nuestra amada Guía, Mrs. Eddy, y demás literatura autorizada de la Ciencia Cristiana.

Largo sería enumerar los beneficios y bendiciones que he recibido desde entonces. Cuando comencé el estudio de la Ciencia Cristiana abandoné completa y definitivamente las medicinas y experimenté curaciones físicas exclusivamente por los medios espirituales. Los problemas de la desocupación también han sido solucionados. También quiero expresar mi gratitud por las oportunidades que se me presentan para el desempeño de varias actividades en nuestra iglesia y por nuestra Causa, así como el gran privilegio de ser miembro de La Iglesia Madre, de una iglesia filial y la bendición de haber recibido instrucción primaria en la Ciencia Cristiana. —

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