Relatos de curación
“¡Bendice, oh alma mía, a Jehová, y todas mis entrañas bendigan su santo nombre! ¡Bendice, oh alma mía, a Jehová, y no te olvides jamás de todos sus beneficios!— los beneficios de Aquel que perdona todas tus iniquidades; que sana todas tus enfermedades; que rescata tu vida de la sepultura; que te corona de misericordia y de compasiones” (Salmo 103:1–4). Con el Salmista, yo doy a Dios de todo corazón las gracias por todas Sus misericordias.
Con gratitud por las muchas pruebas que he tenido de que la Christian Science cura, someto yo este testimonio. Comencé a estudiar esta Ciencia después de ver cómo mi madre había sanado lindamente en 1925.
Me llamaron la atención a la Christian Science Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”.
“Jehová ha consolado a Sión, ha consolado todas sus desolaciones; y ha convertido su desierto en un Edén, y su soledad en jardín de Jehová; regocijo y alegría serán hallados en ella, acciones de gracias y voz de melodía” (Isaías 51:3). Esta promesa y sus bendiciones han sido mías mediante mi estudio y aplicación de la Christian Science, que me fué presentada cuando mi vida era en verdad un páramo, un desierto sin esperanza ni gozo por tener mi salud quebrantada y sin poder atender a mis obligaciones caseras.
Con gratitud y humildad vengo a ofrecer este testimonio de mis curaciones que agradezco más de lo que las palabras pueden expresar. Yo debo mi vida a la Christian Science y confieso que amo a su Fundadora y Descubridora, Mary Baker Eddy.
Cuánto agradezco contarme entre la multitud de los que gracias a la Christian Science han encontrado a Dios, Padre-Madre del universo incluso el hombre. Antes de hallar la Christian Science yo nada sabía respecto a Dios por haberme criado en un hogar de agnósticos.
Hace unos veinticinco años que, cuando sufría de grave debilidad corporal y angustia mental, la Christian Science vino en mi auxilio y me curó. Mi niño que había nacido tres meses antes tuvo que ser operado y se me pronosticaba que no podría vivir para crecer.
Deseo expresar mi profunda gratitud a Dios por todas las bendiciones que he recibido mediante la Christian Science. Hace unos quince años que yo era casi ciego.
Al terminar la primera guerra mundial yo regresé a casa muy enfermo corporal y mentalmente. Poco después de haber regresado me sometí a una operación severa que fué más prueba aún para mi física y mentalmente.
Yo estaba sin empleo en el verano de 1927, dos años después de haber comenzado a estudiar la Christian Science. Mientras más vehementemente buscaba yo un puesto, más evasivo parecía.