Editoriales
Un Sabado Por la mañana, cuando estaba dando una caminata por la zona boscosa donde vivo, me di cuenta de que el hombre que manejaba una camioneta andaba extraviado. Al pasar junto a mí por segunda vez, se detuvo y me preguntó dónde quedaba el callejón “Esperanza”.
Estabamos Hablando Del típico día de trabajo que tenemos cada uno de nosotros. Mi amiga me contó las exigencias que tenía y yo le expliqué un poco de mis responsabilidades.
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.
A Mis Amigos de la infancia y a mí nos encantaba ir de paseo y trepar por las colinas de los alrededores lo más a menudo posible. Recuerdo con qué brío escalábamos las rocas irregulares.
Hace Algunos Años yo hablaba con un señor que pasaba la mayoría de su tiempo viajando. Era gerente regional de ventas y viajaba de ciudad en ciudad consiguiendo nuevos clientes.
Quizas Resulte Facil repetir lo que oímos. Pero eso no significa que debemos hacerlo.
En la primavera de 1879, un pequeño grupo de sinceros buscadores de la Verdad se reunieron para considerar la manera de formar una iglesia sin credos, que habría de llamarse “CHURCH OF CHRIST, SCIENTIST”. Eran miembros de iglesias evangélicas que habían estudiado Ciencia Cristiana bajo la dirección de la Sra.
Años Atras Cuando nuestros hijos concurrían al jardín de infantes, los llevábamos en coche junto con cuatro o cinco niños más, y nosotros los padres nos turnábamos para llevarlos y traerlos. Un día una de las mamás me dijo: “Le pregunté a tu hijo algo que no tenía derecho a preguntar, y ¡deberías haber oído lo que me contestó!” Me contó entonces que nuestro hijo hablaba tanto de que iba a la iglesia que ella no pudo resistir decirle: “Dime honestamente, ¿qué prefieres, ir a la iglesia o al jardín de infantes? ” (Recuerdo que pensé que esta pregunta no era del todo justa ya que a él ¡le encantaba ir al jardín!) La madre continuó: “Y ¿sabes qué me contestó? Que prefería ir a la iglesia ”.
El Practicar La Ciencia Cristiana, el deseo de vencer la enfermedad y el pecado por medio de una creciente comprensión de la totalidad de Dios, el bien, surge naturalmente. Pero el poder sanarnos a nosotros mismos es solamente el comienzo de esta práctica.
¿Acaso Es Posible concebir el sol sin sus rayos? ¡No! Si el sol no tuviera rayos, no tendríamos conocimiento del sol. No percibiríamos nada, ni su luz ni su calor.