Editoriales
Al Pensar Acerca de la pregunta del título, puede ser de ayuda admitir que, si creemos que todas las cosas son como parecen ser, la curación de la enfermedad mediante la oración no es una expectativa muy sensata. Si la vida es esencialmente material — que se nace en un cuerpo material asombrosamente complejo y que se vive hasta que esta máquina, o cuerpo, deja de funcionar — entonces hay poca razón para considerar la curación mediante otros medios que no sea la medicina material.
Eran Diez De ellos, y medían aproximadamente veinticinco centímetros de altura. La película "Nature" (La naturaleza) mostraba la vida de una familia de mangostas en el Desierto de Kalahari, en Africa.
Oramos. Oramos Para que algo cambie.
Como Nueva Redactora Adjunta he estado interiorizándome de lo que sucede "entre bambalinas" para que se publiquen las revistas de la Ciencia Cristiana. Cada artículo, cada sección especial, cada testimonio pasa por muchas manos y llega a muchos corazones antes de ser impreso.
Es Probable Que la mayoría de la gente, en una u otra ocasión, se haya preguntado: "¿Soy suficientemente bueno para merecer la ayuda de Dios? ¿Puedo con razón esperar respuesta a mi oración?" Para el Científico Cristiano estas preguntas podrían expresarse en esta forma: "¿Soy suficientemente bueno para poder dar tratamiento según la Ciencia Cristiana si alguien me lo pidiere? ¿O esto es para gente genuina, calificada, aprobada y suficientemente buena para hacerlo?" Cualquiera que sea la forma en que se exprese la pregunta, la respuesta válida es que ya somos lo suficientemente buenos para orar. Esta respuesta, que la Ciencia Cristiana da con claridad, puede contribuir a aliviar los sentimientos de limitación, falta de mérito y timidez que afligen a tantas personas.
Un Año, Durante mi carrera docente, se me solicitó que entrenara un equipo de hockey sobre césped. Yo no había practicado ese deporte desde mis lejanos tiempos de estudiante; de modo que mis alumnos y yo empezamos a aprender juntos las posiciones y jugadas básicas.
Todos Conocemos Personas que aun en medio de la rutina del diario vivir, miran más allá y perciben cosas que a menudo pasan desapercibidas para otros. Eso hace toda la diferencia.
Recientemente, un titular me llamó la atención. Decía: "Luchemos contra los ídolos en el pensamiento de la gente".
No creo que haya ningún cristiano en el mundo que, en un momento u otro, no haya tratado de imaginarse cómo deben de haber sido los comienzos. Me refiero a los comienzos del cristianismo.
En el invierno de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, los soldados en las trincheras iniciaron una breve y notable tregua. En la oscuridad de la Nochebuena alguien elevó por sobre el parapeto un árbol de Navidad.