Editoriales
La cubierta posterior de un nuevo libro que pasó por mi escritorio el otro día proclamaba en forma entusiasta: • escoja la carrera que sea de mayor beneficio para usted.
La serie "Niños en oscuridad — La explotación de la inocencia", que apareció recientemente en The Christian Science Monitor, trajo a la atención la situación desesperada de millones de niños de diferentes partes del mundo que diariamente son explotados como trabajadores, jóvenes soldados y objetos sexuales. La situación lamentable de esos jóvenes, que constituyen una gran parte de los futuros adultos del mundo, especialmente en los países en desarrollo donde la mayoría de las familias vive en la pobreza absoluta, destaca la necesidad de una comprensión más profunda de lo que representan los niños en el mundo de hoy.
Tal vez sea una buena idea mirar más allá de un concepto superficial acerca de lo que es viejo y lo que es nuevo. También necesitamos discernir mejor entre lo que es sofisticado y lo que es simple.
En un curso universitario de economía una de las cosas que primero aprendemos es que esta materia desde hace tiempo se viene denominando "la ciencia deprimente". Parece un término apropiado.
Hace unos días, me llamó la atención una carta de agradecimiento de una persona que escucha el programa radial de onda corta, El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Al escuchar el programa que se titulaba “Nunca estamos separados de Dios”, esta persona sanó de un sentido de soledad.
En un libro que apareció hace poco: An Agenda for the 21st Century, la moralidad básica está considerada como un asunto principal que la sociedad debe encarar con firmeza en los próximos años. El redactor del libro, al citar a uno de los historiadores más respetados de nuestro tiempo, hace esta observación: “Cuando se le pidió que caracterizara el presente, Bárbara Tuchman lo llamó 'una era de desorganización'.
“Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Mateo 17:20.
En la Biblia hay una bella metáfora que describe a Dios como el gran Soberano. Por ejemplo, en Salmos leemos: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
El novelista e historiador de la represión de Stalin, Alejandro Soljenitsyn se refiere, en su conferencia ganadora del premio Nobel, a un proverbio ruso: “Una palabra de verdad pesa más que el mundo”. Nobel Lecture (New York: Farrar, Straus and Giroux, Inc.
Recuerdo una vez cuando tenía alrededor de cinco años y mi familia fue a ver una obra de teatro sobre el tema de la Pascua en una universidad local. La representación de Cristo Jesús fue muy convincente.