Editoriales
No basta con horrorizarse, estar temerosos o resignarse al crimen y a la violencia tan prevalecientes hoy en día. El problema no está en modo alguno limitado a un país solamente.
Es fundamental para la demostración de la Ciencia Cristiana poseer en cierto grado la comprensión de que Dios, el bien, es lo que la Biblia da a entender: Todo-en-todo. De la revelación que Dios Mismo da de Su totalidad, la Ciencia Cristiana deduce la nada del mal.
El progreso espiritual está edificado sobre la pureza: móviles puros, deseos y acciones puros, razonamiento puro, pureza de pensamiento y existencia. Podríamos describir la pureza como el sentido no adulterado de la compleción del hombre como reflejo de Dios, el Alma.
Es indudable que hoy en día existe una urgente necesidad de encontrar mejores soluciones al problema de la discordia en el hogar: asperezas, contiendas, trastornos o falta de comunicación. Mediante las enseñanzas de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) vemos que hay una solución.
Al hablar con cristianos de otras religiones, los Científicos Cristianos podrían descubrir que persiste cierta confusión entre sus amigos respecto a lo que se enseña en la Ciencia Cristiana sobre la naturaleza de la oración. No obstante, para el Científico Cristiano, su concepto de comunión con Dios corresponde directamente con lo que enseña la Biblia.
El momento tuvo que haber sido tenso, hasta dramático. Cristo Jesús no respondió a su pesquisidor.
¿Qué podría decirse de la frialdad, la falta de solicitud y de afecto espiritual en la iglesia? ¿Nos regocijamos espontáneamente por la bondad y el amor que encontramos en nuestra iglesia? ¿O tenemos motivo para entristecernos? Nuestra Guía, Mary Baker Eddy, habló con franqueza sobre este tema después de un sermón en el culto de comunión en La Iglesia Madre en 1896. Con compasivo realismo escribió así a algunos amigos: “Observo que la atmósfera general de mi iglesia es tan fría y solemne como los pisos de mármol”.
Aun cuando la inflación se parece a la maleza, que se extiende a través del campo económico del mundo industrial, podemos desarraigar esta repugnante mala hierba. No crecerá desenfrenadamente si manejamos nuestros asuntos personales, nacionales e internacionales más inteligentemente.
Y he aquí que los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mateo 3:16, 17).
La curación en la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) no cambia meramente dificultades presentes en historia pasada. La curación en la Ciencia Cristiana demuestra que las dificultades son errores acerca de la verdadera historia del hombre real, creado a semejanza de Dios.