
Editoriales
Los Científicos Cristianos se refieren con frecuencia a Mary Baker Eddy como la Guía de ellos. Alguien podría preguntarse qué significa esto exactamente.
Cuando Dios creó la familia del hombre a Su semejanza, Él creó individualidad pero no desigualdad. La semejanza individual de Dios identifica a cada integrante de Su familia espiritual.
Uno de los dramáticos ejemplos de la Biblia se encuentra en la historia de Job. Leemos sobre su intensa desesperación causada por la enfermedad y pérdidas personales; sus profundas luchas internas a medida que luchaba por reconciliar su experiencia personal con su fe; y, finalmente, su percepción de la naturaleza de Dios y la restauración de su bienestar espiritual y físico.
La gratitud trae curación. En su sentido espiritual, la gratitud es un entusiasta y apreciativo reconocimiento de que el bien está siempre presente con nosotros.
Una revista recientemente informó sobre el perturbador renacimiento de la creencia en el diablo. Los periodistas trataron de encontrar el porqué del resurgimiento de este interés en lo que convenientemente clasificaron como una figura de mito.
¿Es importante ser honrado? Muchas personas por cierto no dudarían en responder afirmativamente, tal vez citando los efectos destructores de la falta de honradez en la fibra moral de la sociedad y en nuestro respeto propio. Sin embargo, la honradez es más importante que eso.
En el pozo de Jacob, en breves palabras de maravillosa simplicidad, Cristo Jesús le dijo mucho a la mujer samaritana acerca de la comprensión de Dios, la Verdad. Dejó en claro que tal comprensión es un poder viviente, infalible para vivificar, que mana en nuestras vidas al igual que una vertiente inagotable.
La restauración de la obra maestra de Leonardo de Vinci “La Última Cena” está revelando un concepto totalmente nuevo de dicha pintura. En siglos pasados, otros pintores han pintarrajeado sobre el original de de Vinci, cambiando en gran manera algunos detalles.
La apatía quebranta la ley del Amor divino. Se opone a todo lo que Cristo Jesús enseñó, porque ser apático es no tener compasión o interés por el prójimo, es ser insensible al amor abnegado que el cristianismo requiere.
Aun dentro de la estructura de la materia y de la física, las antiguas limitaciones impuestas por el tiempo han sido destruidas. En nuestra propia sala, y en el momento mismo en que está ocurriendo, podemos presenciar el admirable espectáculo de un gimnasta chino entreteniendo a un grupo de diplomáticos en Pekín.