Editoriales
¿Es importante ser honrado? Muchas personas por cierto no dudarían en responder afirmativamente, tal vez citando los efectos destructores de la falta de honradez en la fibra moral de la sociedad y en nuestro respeto propio. Sin embargo, la honradez es más importante que eso.
En el pozo de Jacob, en breves palabras de maravillosa simplicidad, Cristo Jesús le dijo mucho a la mujer samaritana acerca de la comprensión de Dios, la Verdad. Dejó en claro que tal comprensión es un poder viviente, infalible para vivificar, que mana en nuestras vidas al igual que una vertiente inagotable.
La restauración de la obra maestra de Leonardo de Vinci “La Última Cena” está revelando un concepto totalmente nuevo de dicha pintura. En siglos pasados, otros pintores han pintarrajeado sobre el original de de Vinci, cambiando en gran manera algunos detalles.
La apatía quebranta la ley del Amor divino. Se opone a todo lo que Cristo Jesús enseñó, porque ser apático es no tener compasión o interés por el prójimo, es ser insensible al amor abnegado que el cristianismo requiere.
Aun dentro de la estructura de la materia y de la física, las antiguas limitaciones impuestas por el tiempo han sido destruidas. En nuestra propia sala, y en el momento mismo en que está ocurriendo, podemos presenciar el admirable espectáculo de un gimnasta chino entreteniendo a un grupo de diplomáticos en Pekín.
Este año el mundo religioso ha celebrado con gratitud el quingentésimo aniversario del nacimiento de Martín Lutero y se está dando cuenta de su contribución a la historia religiosa. La obra de su vida, que incluye su traducción de la Biblia al idioma alemán, tuvo un papel sumamente importante en la liberación de la fuerzas que hicieron florecer el concepto de la libertad religiosa.
Si al enfrentar las dificultades de la vida persistimos en comprender correctamente que Dios es perfecto y que el hombre es creado a Su semejanza, evidenciaremos cada vez más que nuestra identidad verdadera es espiritual y perfecta. Tal persistencia para comprender la armonía genuina inherente en nuestra naturaleza verdadera, podría compararse en ciertas maneras con la ocupación de la Tierra Prometida por los hijos de Israel relatada en la Biblia.
Muchas personas no tienen un claro sentido de lo que valen. Algunas hasta pueden pensar que sus vidas no tienen gran mérito, y que para sí mismas, para los demás o para la sociedad son de poca utilidad.
Celebro la Navidad con mi alma, mi sentido espiritual, y así conmemoro la entrada en la comprensión humana del Cristo concebido por le Espíritu, por Dios y no por una mujer; como el nacimiento de la Verdad, el amanecer del Amor divino que se abre paso a través de las tinieblas de la materia y del mal con la gloria del ser infinito. The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág.
La Ciencia Cristiana permanecerá siempre como la revelación total y final del Amor. La Sra.