Durante siglos la humanidad ha abrigado el anhelo de hallar un camino para librarse de la esclavitud de los sentidos materiales. Este sincero anhelo fue expresado en estas palabras por el Salmista (Salmo 119:18): “¡Abre mis ojos, para que yo vea las maravillas de tu ley!”
¿Qué es lo que el Salmista significa por “maravillas” de la ley de Dios? Los mortales piensan que un milagro es un suceso que contradice el orden habitual de las cosas o las leyes de la naturaleza. El conocimiento humano ha hecho varias observaciones y basándose en la teoría de probabilidades ha desarrollado lo que llama leyes, de las cuales los mortales son víctimas involuntarias. No obstante, si sucede algo que está más allá de las expectativas humanas, esto se considera un milagro.
En la Ciencia Cristiana aprendemos que un milagro es el efecto natural del poder espiritual, el cual está más allá de la comprensión mortal, y que es el resultado de la operación sin esfuerzo de la ley de Dios.
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