Los alumnos en nuestras escuelas dominicales debieran esperar resultados inmediatos de lo que están aprendiendo acerca de la Ciencia Cristiana. ¿Estamos acaso cultivando esta cualidad llamada expectativa?
Una comprensión de la Ciencia Cristiana no debiera dejarse para el futuro. Por el contrario, es una fuerza activa para el bien en la vida de aquellos que se tornan a ella continuamente. ¿Lo saben nuestros alumnos? El maestro que espera resultados inmediatos de la Ciencia Cristiana trasmite esta actitud a su clase.
Lo que un maestro siente respecto a su clase bien puede que sea lo siguiente: “¿Cómo pueden mis alumnos aplicar la Ciencia Cristiana? Ellos no tienen en realidad grandes problemas por el momento.” No obstante, una rodilla lastimada, una caída de una bicicleta o de un árbol, el peligro que ofrece el tráfico de las calles y las plazas de juegos muy concurridos, la presión que existe en la vida escolar y las actividades sociales a menudo son cosas abrumadoras para los alumnos. La curación puede ser realizada ahora mediante la comprensión de la Ciencia Cristiana que se les revela a cada uno. Podemos enseñarles a orar así: “Danos hoy nuestro pan de cada día” (Mateo 6:11), poniendo énfasis en “hoy” y decirles que deben encarar cada clase de la escuela dominical, cada Lección-Sermón y el estudio que deben hacer en la casa con este pensamiento: Esto es especialmente para mí. ¡Puede ayudarme ahora mismo!
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