Más de cuatro mil quinientos estudiantes, miembros de la facultad y consejeros de ochocientas setenta y cinco organizaciones y grupos de la Ciencia Cristiana en colegios superiores y universidades de todo el mundo se reunieron en La Iglesia Madre en Boston durante los días 26, 27 y 28 de agosto de 1965. Al pasarse lista, los visitantes de los siguientes treinta y cuatro países respondieron presente: Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Dinamarca, Escocia, España, Francia, Gales, Grecia, India, Indonesia, Inglaterra, Israel, Japón, Kenya, Korea, Liberia, Méjico, Nigeria, Noruega, Nueva Zelandia, los Países Bajos, Perú, República de China, República de Sud Africa, Rodesia, Suecia, Suiza, Tailandia y Uruguay.
El gran número de estudiantes llenó completamente el auditorio de La Iglesia Madre y muchos ocuparon el auditorio de la Iglesia original.
El jueves por la mañana la conferencia se inició con un mensaje de bienvenida de gran inspiración ofrecido por la Srta. L. Ivimy Gwalter, en nombre de los Directores de la Ciencia Cristiana. Después de pasarse lista, el Sr. Erwin D. Canham, redactor en jefe del Christian Science Monitor dió el discurso que contenía la nota tónica. Durante los tres días siguientes se escucharon discursos pronunciados por oradores y estudiantes. Además se celebraron dos seminarios para consejeros y ayudantes locales a la hora del mediodía.
Los oradores de entre los invitados cubrieron un vasto número de temas, por ejemplo: lo pertinentes que son las obras de Mrs. Eddy; las lecciones que los Científicos Cristianos aprenden cuando sirven en las fuerzas armadas; cómo llevar a cabo mejor la misión sanadora; la preparación para el matrimonio y la vida de hogar; cómo sobreponerse a la tentación; el nuevo desarrollo del área de La Iglesia Madre; cómo encarar al intelectual; cómo escoger una carrera; lo que significa el trabajo metafísico diario; la misión de la Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana en el mundo hoy en día; demostrando la individualidad ilimitada, cómo hacer frente al medio ambiente y la actitud mundana que ataca a la juventud; eligiendo la carrera de científico; cómo corregir las imposiciones hechas a la Ciencia Cristiana; sirviendo la causa de la Ciencia Cristiana, reconociendo la practicalidad de la Ciencia Cristiana; cómo enfrentar la crisis de la identidad; cómo desarrollar las cualidades de guía que se necesitan en el mundo de los negocios; cómo hacer frente a los desafíos que presenta la vida universitaria; cómo ayudar a otros a prepararse para ser miembros de La Iglesia Madre; el lugar que tiene una conferencia de la Ciencia Cristiana en una universidad; las oportunidades de trabajar en la sede principal. El orador que dirigió la palabra el sábado por la mañana fue el decano de una universidad que habló sobre el tema titulado: “¿Qué le espera al estudiante universitario?” Los miembros de un panel especial que incluía a conocidos profesores de ambas orillas del Océano Atlántico, presentaron discursos sobre los sucesos corrientes en la vida de la universidad, y cómo podemos mejorar nuestro propósito en la vida mediante una carrera universitaria, cómo sobreponerse a los conflictos que surgen del estudio de la ciencia eterna y de la temporal, cómo hallar una carrera en las artes, y el significado verdadero de la educación.
Las disertaciones preparadas por los jóvenes encerraban igualmente temas muy variados e interesantes. Más de doscientos veinticinco estudiantes presentaron en los dos auditorios discursos sobre temas tales como los siguientes: cómo afectan las organizaciones de la Ciencia Cristiana la manera de pensar del mundo y la paz; cómo y por qué tiene la Ciencia Cristiana un efecto útil por sobre toda la comunidad académica; cómo atraer más eficazmente a nuevos miembros; el deber que tienen los estudiantes universitarios de hacer que su luz alumbre a otros; cómo pueden los miembros de la organización obtener éxito en la resistencia que ofrece el ambiente académico hacia el Cristo, la Verdad; cómo puede mantenerse un grado de alto nivel de inspiración entre los miembros de la organización; la relación que existe entre la organización y el resto del movimiento de la Ciencia Cristiana; demostrando la individualidad verdadera aún frente a la presión que ejerce la vida universitaria y cómo ha ayudado la Ciencia Cristiana a estudiantes individuales en la vida académica.
Durante los intervalos se llevaron a cabo varias actividades. Acompañados por guías, recorrieron La Iglesia Madre, la Sociedad Editora, y el edificio de la Administración. Después de finalizar la reunión, cuarenta y tres autobuses transportaron a los estudiantes a varios lugares de interés histórico para los Científicos Cristianos. El sábado por la noche se celebró una recepción para los estudiantes en la cual pudieron hacer un intercambio de las tradiciones culturales de sus respectivos países.
Muchos de los estudiantes se costearon sus propios gastos. Otros recibieron ayuda de sus organizaciones, padres, amigos, iglesias filiales y de fondos especiales provistos por La Iglesia Madre.
La reunión se caracterizó por el amor que se expresó por nuestro Mostrador del camino, Cristo Jesús, y por la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, y su dedicación a la causa de la Ciencia Cristiana. Los estudiantes compartieron mutuamente las demostraciones que habían experimentado por medio de la comprensión de la ley de Dios al aplicarla en todas las fases de su vida, todo lo cual les capacitó para llevarse a sus respectivos hogares una renovada inspiración para demostrar aún más la herencia que Dios da al hombre.
La vitalidad que demostró la manera de pensar de los estudiantes y los frutos del Espíritu que se manifestó en las reuniones ofrecieron un testimonio a la sabiduría que inspiró a Mrs. Eddy a proveer en el Manual de La Iglesia Madre, Art. XXIII, Sección 8, el establecimiento de las organizaciones universitarias.