Me siento feliz de poder testificar acerca del poder infinito de la Mente divina, Dios, que sana todas las enfermedades. La primera vez que oí hablar sobre la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. fue en la ciudad de Nueva York durante la segunda guerra mundial.
No me fue fácil entender el propósito y el significado de esta religión pues era una enfermera médica habiéndome graduado y trabajado en Puerto Rico y en el estado de Nueva York; además fuí criada de acuerdo con las enseñanzas religiosas tradicionales de mi país. Estas no me satisfacían y durante años había estado buscando una religión que hiciera frente a mis necesidades pero no había logrado encontrarla.
Este era mi estado de ánimo cuando me invitaron un miércoles a una reunión de testimonios de una iglesia de la Ciencia Cristiana. Cuando entré estaban cantando el himno “Oración Vespertina de la Madre” cuya letra fue escrita por Mary Baker Eddy. Me sentí inspirada al oír la música y la letra de este himno que nos asegura que “el Amor es nuestro refugio” (Poems, pág. 4). Tanto las selecciones leídas como los testimonios me interesaron profundamente. Al finalizar el servicio hice preguntas sobre esta religión a una de las asistentes. Esta me recomendó que visitara una Sala de Lectura donde podrían mostrarme las obras de Mrs. Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana.
Al día siguiente visité la Sala de Lectura y la bibliotecaria amablemente contestó a mis preguntas y me mostró el libro de texto de la Ciencia Cristiana, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mrs. Eddy. Además me mostró la literatura autorizada de esta religión.
Entré a leer. Apenas si pude comprender lo que decía el libro de texto. Mas mi interés fue tal que llamé a una practicista para que me diera tratamiento. Sabía que esta religión podía ayudarme. La practicista me habló sobre la Ciencia Cristiana. Su tratamiento me ayudó tanto que casi instantáneamente sané de un tumor fibroso para el cual los especialistas habían recomendado una operación quirúrgica inmediata.
A través del estudio de la Biblia y del libro de texto y con la ayuda consagrada de aquella practicista fuí sanada también de una condición muy molesta de la garganta. Rasgos indeseables de carácter fueron corregidos también. Me sentía como una persona nueva hasta tal punto que muchas de mis amistades se preguntaban qué era lo que me había sucedido, de manera que me siento agradecida por la ayuda de la practicista.
Humildemente comprendí la necesidad de estudiar y de aprender más sobre la unidad de Dios y el hombre y así fue como me convertí en una estudiante sincera de la Ciencia Cristiana con el propósito de adquirir más comprensión sobre esta práctica religión.
Quiero expresar mi profunda gratitud a Dios por dar al mundo a Cristo Jesús, el Mostrador del camino y por dar a Mrs. Eddy la revelación de la Verdad a la cual dió el nombre de Ciencia Cristiana. Agradezco además por ser miembro de La Iglesia Madre, y también de una iglesia filial, así como por el glorioso privilegio de instrucción primaria, por el entrenamiento de enfermera de la Ciencia Cristiana y por la cariñosa y consagrada ayuda de la practicista. — Santurce, Puerto Rico.