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Cuando trabajaba como enfermera...

Del número de enero de 1970 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando trabajaba como enfermera le pregunté a una compañera de trabajo cuál era la razón de su éxito. Me respondió que el éxito que tenía en su trabajo lo atribuía al estudio de la Ciencia Cristiana.Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. A mi pregunta: “¿Y qué es eso?” respondió: “Si en realidad quieres saber ¿ por qué no vas a una conferencia de la Ciencia Cristiana?” Me dio una invitación diciéndome que se daría una al día siguiente. A pesar de que no comprendí mucho de lo que habló el conferenciante la semilla quedó sembrada.

Algún tiempo después fui trasladada a un pueblo que quedaba a unos 400 Kms. de mi hogar, y como me sentía sola estaba resentida por este cambio. Para atraer el interés de los jóvenes del pueblo se abrió una biblioteca. Se donaron muchos libros y entre ellos había un ejemplar de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Decidí leerlo y esto cambió totalmente mi actitud hacia la vida. Tiempo después, conocí a una estudiante de la Ciencia Cristiana quien me invitó a su casa y me explicó cómo debía estudiar la Lección-Sermón que se publica en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Así comenzó mi estudio de la Ciencia Cristiana.

Luego pasé por un período de prueba. Un médico me halló en estado de postración, y después de un examen dijo que yo necesitaba ser operada inmediatamente pues padecía de cáncer; y me dio una carta para que la llevara a un cirujano que vivía en una ciudad distante. Durante el viaje de doce horas me vino claramente al pensamiento que debía ir primeramente a la Sala de Lectura con la que mantenía correspondencia, para pedir ayuda. Indudablemente Dios me estaba guiando. Ya en la Sala de Lectura, el bibliotecario me dijo cómo podía comunicarme con una practicista de la Ciencia Cristiana. Esto hice y se concertó una entrevista inmediatamente, resultando esto en una experiencia muy inspiradora. Salí del despacho de la practicista sintiendo el amor y el cuidado protector de Dios de tal manera que todo temor desapareció. Al día siguiente volví a mi trabajo.

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