Mucho del mal funcionamiento físico que sufre la humanidad, tiene su origen en un concepto material de acción. La fisiología enseña que el cuerpo humano es una intrincada maquinaria animada y controlada por una mente personal cuya acción es en sí misma una función orgánica. Considera que todo movimiento o actividad del cuerpo tiene su origen en el cerebro, el que por medio de impulsos eléctricos impele las diversas funciones y movimientos del cuerpo. Muy a menudo este dominio consciente del cerebro pierde control efectivo sobre el cuerpo, y éste, por sí solo, parece desarrollar anormalidades o tendencias degenerativas. A estas mutaciones se las llama enfermedad, y todas y cada una de ellas indican alguna forma de acción defectuosa.
Los sistemas curativos, pese a los móviles humanitarios de los médicos, han fracasado en su esfuerzo por destruir la acción morbosa del cuerpo mortal. Después de siglos de constantes cambios en teorías y técnicas, los mortales aún continúan siendo esclavos del cuerpo y de las creencias erráticas que parecen gobernarlo.
Durante los últimos cien años la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Crischan Sáiens. ha tenido un éxito notable en la curación de toda clase de enfermedades. Ofrece una liberación segura y positiva tanto para los desórdenes funcionales como para los orgánicos cuando sus enseñanzas se aceptan con amplitud de criterio y se satisfacen sus demandas de regeneración espiritual.
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