La Reunión Bienal Universitaria del año pasado (28, 29 y 30 de agosto) impartió una sensación de participación en todo sentido. Fue una reunión oportuna y dinámica en cumplimiento de su tema tan pertinente: Construyendo en una época revolucionaria. Se hizo hincapié en la participación — en que los individuos y las organizaciones universitarias participen en la solución de los problemas del mundo. Un comité consultivo estudiantil compuesto de quince miembros desempeñó un papel de importancia al proponer recomendaciones para la agenda. Los estudiantes, que representaban diferentes tipos de universidades, ayudaron a preparar el programa, el cual incluyó varias innovaciones para la Reunión de 1969.
Algo nuevo fueron las 160 reuniones en mesa redonda compuestas de treinta estudiantes cada una. En cada reunión un estudiante sirvió de moderador, estando presente un consejero en calidad de observador. Estas reuniones, de dos horas de duración, se llevaron a cabo en la tarde del viernes en los siguientes lugares: Boston University, Northeastern University, Teatro Sinfónico de Boston y en los edificios de La Iglesia Madre. El tema a considerar durante la primera hora de sesión fue “¿Qué puedo hacer individualmente como Científico Cristiano para sanar los problemas concernientes a las drogas, al tabaco, al alcohol y a la inmoralidad?” Las disertaciones de varios estudiantes fueron el punto de partida para que otros espontáneamente dieran informes, hicieran preguntas y compartieran sus experiencias.
El tema básico para la segunda hora de sesión fue: “¿Qué puede hacer el Científico Cristiano individualmente para sanar las tensiones y otros problemas en las universidades?” Las reuniones en mesa redonda fueron parte vital de la Reunión Bienal, recalcaron la importancia de encontrar las respuestas espirituales para los problemas, más bien que el hablar sobre ellos extensamente.
Una de las disertaciones principales de la reunión fue: “El descontento en las universidades y el Científico Cristiano”. En esta disertación se destacó que el Científico Cristiano debe ayudar “a fomentar la denuncia del mal y a emplear las medidas regeneradoras”. Se instó a los estudiantes a rechazar el materialismo, tanto en su aseveración negativa — la pobreza — como en su aseveración positiva — el amor al dinero.
Cada uno de los cinco miembros de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana dirigió la palabra a la reunión. El presidente de la Junta ofreció la disertación de apertura y los otros miembros de la Junta, durante los tres días que duró la reunión, ofrecieron breves disertaciones sobre los temas La curación, La posición de la Iglesia concerniente al matrimonio y al control de la natalidad, De qué manera la Iglesia nos apoya individualmente, y La edificación de la Iglesia.
El énfasis especial que se dio a las profesiones singularizó la reunión vespertina del viernes en la cual doce de los asistentes hablaron extensamente sobre sus distintas profesiones, incluyendo la de la práctica pública de la Ciencia Cristiana y la de enfermeros de la Ciencia Cristiana. La mayoría de estos doce disertantes eran estudiantes recién recibidos que han logrado éxito en sus carreras. Se relataron experiencias individuales sobre el servicio militar y sobre escrúpulos de conciencia.
Uno de los invitados a la reunión del sábado, Lord Gore-Booth, dijo en su discurso que los narcóticos, el odio, la violencia y otros falsos dioses tratan de lograr poder, induciendo a los individuos a perder el control de sí mismos. Dijo que la anatomía bajo el gobierno de Dios es “la única base para construir un mundo bueno, libre, estable y progresista”. Desde la disertación fundamental Haciendo lo que sea mejor (en vez de hacer la propia voluntad) y de la charla titulada Mrs. Eddy y su Iglesia, hasta el compendio sobre Construyendo un mundo mejor, las disertaciones indujeron a la reflexión, al despertar espiritual y a la inspiración. Un gran número de las disertaciones de los estudiantes así como las reuniones en mesa redonda, contribuyeron grandemente a darle colorido a la reunión y evidenciaron vívidamente el alto grado de actividad espiritual que expresa la juventud de la Ciencia Cristiana.
Más de 5000 estudiantes vinieron a la Reunión — de Europa continental, de Inglaterra, de distintas partes de los Estados Unidos, de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, México, América Central y América del Sur, Egipto, India, Indonesia, Japón, Nigeria, África del Sur, Corea del Sur y Tailandia. Además estuvieron presentes algunos profesores miembros de las organizaciones universitarias, consejeros y ayudantes locales. El total de asistentes excedió los 6000. Se anunció que otras 60 organizaciones universitarias han sido reconocidas como tales desde la Reunión Bienal de 1967.
Sería difícil medir los alcances de la reunión. Inspiración, entusiasmo, dirección, esperanza, aspiraciones más elevadas, confianza restablecida, curación — éstos son resultados patentes. Podemos esperar, asimismo, más energía y actividad en las organizaciones universitarias; un movimiento vigorizante y, sobre todo, un mundo mejor.