Las alegrías que proporciona la paternidad a veces se ven eclipsadas por la ansiedad que sienten los padres por el progreso moral, la salud y el bienestar de sus hijos. Esta ansiedad suele aumentar cuando los hijos llegan a una edad en que creen poder prescindir de la vigilancia y dirección de sus padres. La Ciencia Cristiana libera a los padres de este estado mental esclavizante y protege a la juventud de las pretensiones del mal, si las enseñanzas de esta Ciencia son aceptadas y puestas en práctica.
La Ciencia Cristiana no constituye meras enseñanzas de preceptos morales con los cuales la juventud pueda hacer frente con éxito a las peligrosas creencias de vida en la materia. Separados de la comprensión de lo que es Dios y el hombre, los preceptos morales no son suficientes de por sí para ofrecer protección contra las creencias de enfermedad, pecado, carencia, accidentes, incertidumbre y demás. Una comprensión correcta de Dios y del hombre aporta fortaleza espiritual, la cual es requisito para disfrutar de una vida armoniosa. Mrs. Eddy dice en la página vii del Prefacio de su libro Ciencia y Salud: “La ignorancia acerca de lo que es Dios ya no es una pasadera hacia la fe. La única garantía de obediencia a Dios es una comprensión correcta de Él, y el conocerle a Él correctamente significa Vida eterna”.
Esta declaración muestra la importancia de enseñarles a los niños tan pronto sea posible — y en un lenguaje que puedan comprender — que “Dios es Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, infinitos, incorpóreos, divinos y supremos” ( ibid pág. 465), y que el hombre es creado a la imagen y semejanza de Dios. Cuando los niños están suficientemente instruidos así, pueden vivir de manera natural y espontánea estas verdades sencillas acerca de Dios y del hombre. Estas verdades hacen de ellos niños obedientes y sanos y los capacita más tarde, cuando ya hombres y mujeres jóvenes, para hacer frente a las pretensiones del mal, cualquiera sea la máscara bajo la cual se presenten. En Proverbios 22:6 leemos: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
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