Tú que haces tus deberes todos los días en forma ordenada y, en consecuencia, tienes calificaciones sobresalientes en tus exámenes, tal vez quieras pasar por alto este artículo y leer otro del mismo Heraldo. Pero tú, que al dar un examen brillante, salvaste un semestre durante el cual no estudiaste, y tú, que tristemente revelaste en tus exámenes la pereza o tus deficientes hábitos de estudio — ¿ por qué no charlamos sobre esto?
Si en tus últimos exámenes ocurrió un milagro, que te hacía mucha falta, no permitas que esa victoria destruya tu propósito de ser un estudiante excelente día tras día el próximo año. Pero si no ocurrió un milagro durante tus exámenes, deja que esto te sirva de impulso para que tengas hábitos eficaces de estudio este año que comienza.
Medita sobre la parábola de Jesús acerca de los talentos (ver Mateo 25). Por cierto que no vas a suponer que el hombre que recibió los cinco talentos los enterró y los mantuvo así hasta la noche anterior del regreso de su señor y que luego, gracias a un milagro, ganó los cinco talentos adicionales, ¿no es así? Él sí cosechó donde no había sembrado, al recibir el talento de aquel que lo enterró; pero esto no ocurrió antes de que él mismo hubo sembrado y cosechado durante la ausencia de su amo.
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