"Una mañana, cuando llegué a servir a nuestra Sala de Lectura de la Christian Science, había en la vereda una larga cola de gente que se extendía por la avenida. La cola era para la lotería y había estado así todo el día.
Pensé mucho en la verdadera sustancia como la define Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud, y pronto un hombre de la cola, que había estado mirando la exhibición del libro de texto de nuestra vidriera, entró en la Sala de Lectura y preguntó si podía comprar el 'libro que está en la vidriera'. Miró varios ejemplares y preguntó el precio. Dijo que había venido de otra ciudad a comprar un boleto de lotería, y había traído dinero tan solo para el boleto de tren y el boleto de la lotería, y que le quedaba muy poco dinero. Pero al estar parado en la cola mirando Ciencia y Salud, sintió que 'tenía que entrar y comprar el libro’. Le pregunté cuánto podía pagar, y miró su billetera y juntó casi lo suficiente para comprar Ciencia y Salud. Le dije que estaba bien, y se lo vendí.
Dos meses más tarde, ese mismo hombre entró lleno de alegría a la Sala de Lectura. Comenzó a decir cuánto amaba ‘ese libro’, sacó el ejemplar de Ciencia y Salud que le había vendido. Dijo que había venido expresamente desde su ciudad para decirme lo que estaba obteniendo de Ciencia y Salud. 'A mí me encanta, y a mi esposa y mis hijos también. Está cambiando mi vida”'.
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