Hace mucho tiempo, casi seiscientos años antes de que naciera Jesús, la ciudad de Jerusalén fue conquistada por el ejército babilónico del rey Nabucodonosor. Miles de israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia. Esa fue una época muy triste para el pueblo hebreo.
Entre los cautivos había un jovencito llamado Daniel. Su historia fue escrita muchos años después cuando los hebreos sufrían la opresión de otro rey. He aquí lo que la Biblia nos cuenta de Daniel en el libro que lleva su nombre, caps. 1-6.
El rey Nabucodonosor ordenó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que eligiera entre los hebreos a los jóvenes más inteligentes y bien parecidos para que sirvieran en el palacio del rey. Tenía que entrenarlos durante tres años para que aprendieran el lenguaje de los babilonios y las ciencias de esos días. Y para que fueran fuertes debía darles de la comida y del vino del rey.
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