¿Alguna vez has dejado que la Biblia te hable directamente? ¿Has dejado que te despierte a una nueva comprensión de Dios como Amor, como un poder mayor que cualquier problema que pudieras enfrentar? Si aún no has sentido así el amor sanador de Dios, nunca es tarde para sentirlo.
Desde hace años amo la Biblia, especialmente las promesas de Dios que en ella se encuentran. Pero no me había percatado de que esas promesas están tan directamente dirigidas a mí, y a todas las personas que abren ese libro, como estaban dirigidas a Abraham, a Jacob, a Moisés o a cualquier otro personaje de la Biblia. Lo cierto es que ellos aceptaban de corazón las promesas de Dios; confiaban en que la fidelidad hacia Sus hijos también los incluía a ellos; y por eso experimentaron el logro de Sus promesas.
El mensaje de la Biblia es específico. Sólo tenemos que prestar atención.
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