En la gran eternidad
Dios creó el cielo y la tierra.
“Hágase la luz”, dijo Dios,
y la luz apareció.
Y Dios vio que era buena.
Y Dios puso el sol en el cielo
para iluminar el día.
Luego puso las estrellas y la luna
para iluminar la noche.
Y Dios hizo las nubes.
E hizo los océanos.
Y Él hizo la tierra.
Y Dios hizo muchos,
pero muchos
tipos diferentes de plantas,
con flores, y frutos y semillas,
para que crecieran en la tierra.
Más de los que
puedes contar.
Y Dios llenó los océanos
con muchos, pero muchos
tipos diferentes de peces,
para que nadaran en el agua.
Más de los que puedes contar.
Y llenó el cielo
con muchos, pero muchos
tipos diferentes de aves,
para que volaran en el cielo.
Más de los que puedes contar.
Y Dios cubrió la tierra
con muchos, pero muchos
tipos diferentes de animales
para que se arrastraran, caminaran,
corrieran y treparan por la tierra.
Más de los que puedes contar.
Y Dios creó al hombre y
a la mujer,
A Su semejanza,
para que reflejaran
todo Su poder,
toda Su luz,
y toda Su bondad
para siempre.
Y Dios dio a todas Sus criaturas
buenas cosas para comer.
Y Dios los bendijo a todos
con muchos, pero
muchos hijos.
Muchos, pero muchos
más, de los que
puedes contar.
Entonces Dios miró todo lo que había hecho,
Y el caso es que...
se dio cuenta de que era muy, pero muy bueno.
La verdad es que era perfecto.
Entonces Dios se sonrió, con una sonrisa que
se extiende para siempre.
