Por la noche me acuesto en mi camita calentita.
Mi mami viene y me arropa.
Pienso en Dios por un rato y sé que
está tan cerca como mi mantita.
Dios me quiere mucho.
Y me cuida.
Entonces me duermo tranquilita.
Del número de enero de 2002 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana
Por la noche me acuesto en mi camita calentita.
Mi mami viene y me arropa.
Pienso en Dios por un rato y sé que
está tan cerca como mi mantita.
Dios me quiere mucho.
Y me cuida.
Entonces me duermo tranquilita.