Desde las hacinadas casas de Beijing, las empedradas calles de Jerusalén y la Basílica de la Macarena en Sevilla, hasta el populoso Mercado de la Merced en la Ciudad de México, el corazón de la mujer verdaderamente es uno solo. Es el que llama: “¡Vamos, chicos, el desayuno está listo!”, y el que exclama: “¡No mami!, no hagas fuerza, déjame que te ayude”. Es el que alienta a su compañero cuando se siente deprimido. Es el que se acongoja cuando sus hijos sufren. Es el que corre a ayudar al familiar, amigo o vecino que tiene problemas. Es el que se mantiene firme como una roca ante la desgracia, para seguir adelante. Es el que aporta inteligencia, diligencia y creatividad a su trabajo. La mujer, cualquiera sea su origen, raza, nacionalidad o creencia religiosa, representa fortaleza espiritual y amor desinteresado e incondicional. Ella sostiene el hogar, y anhela la paz, en su hogar y en todas las naciones.
En honor de la celebración del Mes de la Mujer en el mundo, este número del Heraldo entrevistó a dos mujeres mexicanas. Una de ellas es pintora y la otra fue senadora. Asimismo, hemos incluido una breve reseña de los logros alcanzados por Mary Baker Eddy, fundadora de esta revista, quien continuó activa como escritora, redactora y editora hasta su fallecimiento, acaecido cuando tenía 89 años.
En este número también presentamos un artículo donde distintos escritores relatan cómo han orado por el mundo. Además, una de nuestras colaboradoras nos habla sobre su experiencia en la crianza de sus hijos.
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