En nuestra reciente conversación sobre la curación espiritual, el amor y el espíritu de Paul Grimes, practicista y maestro de la Christian Science, brilló y se manifestó tan abundantemente como el caluroso aire del desierto y los vividos tonos verdes del paisaje donde vive, al pie de las montañas de Rincón y Catalina en Tucson, Arizona.
Paul, usted se anunció por primera vez como profesional en la práctica de la curación en el Christian Science Journal en 1973. ¿Podria describir en pocas palabras la travesía que lo llevo hasta ese punto?
Yo trabajaba en el ámbito comercial. Era vendedor y vivía en el área de Chicago. Me cansé del clima frío, y decidí comprar un pequeño negocio de limpieza a seco en el Estado de Florida. Durante unos dos años, me fue bastante bien, pero luego llegué a la conclusión de que jugar todos los días al golf y al tenis no era lo que quería hacer en mi vida. Y resultó que un día tuve una muy buena curación en el campo de golf. Ocurrió que estaba moviendo el equipo de un lugar a otro y me lesioné muy seriamente la espalda, a tal punto que parecía el jorobado de Notre-Dame. No me podía enderezar. De alguna forma, logré entrar en el coche y manejar hasta mi casa, pero me resultó muy difícil.
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