Mary Baker Eddy percibió que todos aquellos que llevan adelante la antorcha de la Christian Science pueden llegar a hacer grandes cosas. Tal vez no grandes desde el punto de vista del mundo y su definición de grandeza, pero sí con la grandeza nacida de una humildad como la de Cristo y la disposición de sacrificarse por una Causa mucho más grande que lo que podamos expresar con palabras. Es este impulso lo que nos lleva a todos a interesarnos solícitamente en cuidar los unos de los otros y de la sociedad en general. Es este amor por Dios y por la humanidad que irradia del corazón de todo Científico Cristiano consagrado.
¿Qué puede ser más noble, más valioso, que el absoluto compromiso a ésta "la más grande y más santa de todas las causas"?Escritos Misceláneos. 1883-1896, pág. 177. Mary Baker Eddy al hablar de la Ciencia Divina como el consolador que Jesús prometió,Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 55. dijo que era la "revelación final del Principio divino absoluto de la curación mental científica", ibíd., pág. 107. la levadura de la Verdad para el pensamiento del mundo, la defensa más eficaz que tiene la humanidad contra las pandemias, contra todo comportamiento humano y clima extremos, contra los sistemas materialistas de religión y medicina, incluso contra la existencia material misma. Ella escribió que "...la majestad de la Christian Science enseña la majestad del hombre".The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 188. y, a través de su vida y la obra de su vida, ella demostró el destino de esta Ciencia: el de circundar el globo, de abrazar a toda la humanidad con la curación espiritual genuina.
¿No es obvio que la Sra. Eddy esperaba que cada miembro de su Iglesia fuera un sanador en su más plena expresión?Manual de La Iglesia Madre, Art. XXX, Sec. 7. Efectivamente, ella fue muy clara sobre este punto: que la curación espiritual es la esencia misma, el fundamento, de la iglesia que Cristo Jesús estableció y la Iglesia que ella perpetuó.
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