Según los médicos, yo hacía muchos años que sufría de una alteración en la glándula tiroides que ignoraba que tenía hasta que se presentaron los síntomas. Fue una etapa muy difícil de mi vida pues me afectaba principalmente los nervios. A consecuencia de ello empecé a sufrir de depresión y mi apariencia empezó a cambiar. Yo soy de ojos grandes y debido a este problema se me desorbitaron. Se me caía muchísimo el cabello y empecé a bajar considerablemente de peso, pues no resistía ningún alimento.
Los médicos me hicieron varios estudios y me tomaron muchísimas fotos de los ojos, Ilegando a la conclusión de que nunca volverían a la normalidad. Además, determinaron que la glándula tiroides estaba muy afectada y había crecido fuera de proporción, así que decidieron extirparla. Como consecuencia, me recetaron una hormona que tendría que tomar de por vida, además de otros medicamentos para compensar la falta de la tiroides. Me dijeron que si dejaba de tomar la medicina tendría problemas muy graves e incluso perdería un ojo. Al escuchar este diagnóstico me espanté.
Hacía tiempo que me sentía como en un rincón. Era tanto el miedo y la depresión que tenía, que fui perdiendo el deseo de vivir y traté de suicidarme tres veces. Después, por medio de la Ciencia Cristiana me enteré de que todo eso que me atormentaba era un estado mental ilusorio. Ahora entiendo que la luz espiritual de Dios siempre había estado conmigo, aunque yo no la veía, por el miedo.
Siempre me había sentido culpable de muchas situaciones de mi vida, y los pensamientos negativos me tenían cautiva. Pero a medida que fui conociendo más de la Ciencia Cristiana, entendí que yo no era culpable y empecé a cambiar mi actitud y mi manera de pensar.
Conocí la Ciencia Cristiana por medio de una amiga de mi hija que vive en México. Esta muchacha me Ilamó y me habló de esta Ciencia y se ofreció a darme un tratamiento mediante la oración, aunque todavía yo no entendía cómo podía sanarme por medio de la lectura de un libro, Ciencia y Salud Ella me explicó que estaba basado en las Sagradas Escrituras y que hablaba de mi verdadero ser, espiritual y perfecto. Acepté que orara por mí y ella me dio el sitio de El Heraldo en Internet para que leyera testimonios.
Así lo hice y me impactaron mucho. Empecé a saber de qué se trataba Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, y a medida que mi pensamiento fue cambiando, los síntomas físicos empezaron a mejorar y me sentí muy bien.
Hacía tiempo que buscaba a Dios y cuando lo encontré me aferré con mucha fe a Él sabiendo que era el único que me podía salvar y sacar de esa oscuridad. En Ciencia y Salud encontré la respuesta a todas las preguntas que nadie me sabía contestar. Los Heraldos me ayudaron maravillosamente. Me pasaba horas leyendo los testimonios y eso afirmaba más mi confianza en que me podía sanar.
Al principio, tomaba las medicinas, pero después comprendí que si estaba confiando en el único Creador de todo el universo, tenía que renunciar a los medicamentos porque no formaban parte de Su plan. Jesús nunca usó medicinas, nunca preguntó cuáles eran los síntomas. Sanaba reconociendo la omnipresencia de Dios, lo que inducía a un cambio en el pensamiento de la persona.
En un momento dejé de tomar los medicamentos y se fue produciendo la curación total. Recuperé mi peso normal, mi cabello está abundante como antes, y mis ojos han vuelto a la normalidad. Y ya no tengo temores. La curación ocurrió hace tres años. Ahora estoy completamente segura de que Dios, la Verdad, es omnipresente y que Su palabra es más viva, eficaz y penetrante que cualquier espada de doble filo y penetra hasta el alma, como dice la Biblia (Hebreos 4:12).
¡Qué alegría es ver las maravillas que Dios está haciendo en mi vida, con mis hijos y con toda la gente a mi alrededor!
San Antonio, Texas, EE.UU.